El Centro Histórico de la ciudad de Morelia está constituido por 271 hectáreas, 219 manzanas, 15 plazas y 1,113 monumentos, un conjunto de gran valor por la armonía, calidad constructiva y unidad plástica que representan los diferentes estilos arquitectónicos que son testimonio viviente de la historia de la arquitectura de México. Esta es la principal razón por la cual fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO el 13 de diciembre de 1991.
La zona de monumentos históricos constituye en América un modelo original de desarrollo urbano del siglo XVI; la mezcla de la arquitectura renacentista española con los ecos mesoamericanos resulta preciosa, aunque, tal vez lo más llamativo sea el color rosado de sus edificios, que le dan un aspecto distintivo.
El estilo barroco de sus numerosos monumentos se expresa aquí con un lenguaje diferente; su belleza está plasmada en la verticalidad y equilibrio de los inmuebles, en el volumen imponente de sus torres, en la armonía de los conjuntos arquitectónicos y en el uso racional de los elementos ornamentales.
La historia arquitectónica de la ciudad puede leerse en sus más de doscientos edificios históricos. Construidos con la piedra de color rosa característica de la región, por lo cual se suele llamar “Ciudad de la Cantera Rosa” a Morelia, estos monumentos ponen de manifiesto la magistral y ecléctica fusión del espíritu medieval con elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos.
Lo mejor de todo es que la Morelia que hoy podemos ver es la misma que pisaron sus habitantes y colonos en el siglo XVI. Más de doscientos majestuosos edificios llenos de historia, testigos de un pasado de esplendor esperan en esta ciudad mexicana orgullosa de compartir arte, cultura e historia con cada persona que la visita.
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